“Luz Por Las Nubes”

(to read in English, click here)

Hace un par de meses, salí del país por primera vez en más de veinte años. Mis padres estaban planeando un viaje a México y querían que fuera. Por muy bueno que parezca salir del país, reflexioné sobre esto durante mucho tiempo. No fue por volar o la incomodidad de visitar a otras personas lo que me molestó. Para ser franco, me he distanciado tanto de mi familia y mis raíces en los años de estudio y de centrarme en mi carrera. Ni siquiera sabía si quería ir. Si bien estudiar siempre fue una forma conveniente de describir esta distancia, parece que siempre eh estado distanceado. Al crecer, nunca me gustaron muchas cosas que le gustaban a mi familia. Música, ciertos alimentos, o incluso hablar español; hablé tan poco español alrededor de otros. Hoy, cuando hablo español, parece que un extraterrestre aprendió español, luego me enseñó y se rindió a mitad de camino. Cuando mi madre me preguntó sobre el viaje, ella me hizo tratar, si obtengo mi pasaporte, ella comprará mi boleto. (¿Quién diablos va a decir que no a eso?) Conseguí mi pasaporte, reservé las entradas y estábamos programados para irnos. También llegó en un buen momento. Acabo de terminar de enviar una pila de aplicaciones para programas de doctorado. (Lea todo al respecto aquí) Algo sobre el envío de esas aplicaciones y poner mi futuro en manos de lectores encubiertos hizo que pisar un avión y dirigirse a un territorio desconocido suene realmente tentador. Terminó siendo yo y mi madre, en nuestro camino a México. Abordamos, volamos, y no miré hacia atrás porque no quería.

Continue reading